miércoles, 7 de marzo de 2012

PREMIO SOLIENSES 2012 PARA FRANCISCO A. CARRASCO


El domingo 4 de marzo, salió a la luz el ganador del Premio Solienses 2012, concedido a Francisco Antonio Carrasco por su obra Taxidermia, que es una colección de “veintiún cuentos actuales de corte ralista en los que la fantasía acaba muchas veces imponiéndose a la propia realidad, en los que la obsesión triunfa generalmente sobre la cordura; veintiún cuentos de desconcierto y desajuste ante la vida, de impotencia ante un mundo que no podemos controlar. En fin: una metáfora de la incomunicación humana. Y es que, en el fondo, todos necesitamos un taxidermista para naturalizar la vida a nuestro antojo.” Pinchad aquí para más información.
El premiado recibirá el característico arado romano de este premio el próximo día 18 de este mismo mes en el convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar, uno de los monumentos más emblemáticos de Los Pedroches, que siempre busca lugares significativos de nuestra geografía.

El Premio Solienses, que alcanza su sexta edición, se otorga, anualmente, a un escritor nacido o residente en la comarca de Los Pedroches y se simboliza, como hemos dicho anteriormente, mediante un arado romano confeccionado por los artesanos de OFIARPE que recuerda al pueblo romano de Solia, situado en Los Pedroches.


El jurado del Premio Solienses 2012, se reunió en la tarde del pasado domingo en el hotel Los Usías de Dos Torres y estuvo formado por Teodora López Caballero, Eulalio Fernández Sánchez, Félix Ángel Moreno Ruiz, Miguel Coleto Vizuete, M. Antonia Rodríguez Ramírez y Antonio Merino Madrid. Todos ellos relacionados con el ámbito cultural y literario de Los Pedroches.

Eligieron la obra ganadora de entre los cuatro finalistas. Los otros tres escritores que optaban al galardón eran Alejandro López Andrada con su obra Las voces derrotadas, una mirada a la posguerra desde el perdón y la reconciliación, sin tener en cuenta el rencor, y que dedica a tres de sus tíos, de los que uno se exilió, otro murió en la cárcel de Córdoba y el tercero pasó por un campo de concentración; Francisco Onieva, con su libro Los que miran el frío, donde aglutina nueve relatos con los más diversos personajes y un fondo temporal inamovible, la Guerra Civil, y en un pueblo Retamal que, aunque alude al pueblo cordobés de Villanueva del Duque, universaliza el sufrimiento y dolor vivido en otros muchos pueblos de España; y Verónica Moreno con su obra Un cuarto oscuro que alude a la construcción de un espacio propio necesario para desarrollar el mundo personal y la alusión al cuarto oscuro como referencia homosexual de los 90 que existía como forma de protección y aislamiento de un exterior hostil, como hogar y como cárcel.

(José María López, Alicia López y Alba Rodríguez)

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